Roberto Eisenmann, fundador del diario La Prensa, vuelve al centro de la controversia: una evasión fiscal por casi $800 mil, vínculos con escándalos de corrupción y un discurso anticorrupción que genera indignación
La imagen de Roberto Eisenmann, fundador del influyente diario panameño La Prensa, como adalid de la lucha contra la corrupción, choca cada vez más con su historial financiero. En el centro de esta contradicción está una evasión de impuestos multimillonaria, documentada y confirmada por resoluciones oficiales.
Durante más de diez años, la empresa Desarrollo Golf Coronado, propiedad de Eisenmann, se resistió a pagar $799,680.87 en impuestos reclamados por la Dirección General de Ingresos (DGI), alegando exenciones fiscales que, según las autoridades, no eran aplicables a las transacciones de bienes raíces que realizaba.
La DGI, tanto bajo la administración de Ricardo Martinelli, ratificó su posición: la empresa debía pagar. En 2022, el entonces Procurador de la Administración Rigoberto González rechazó la petición de Eisenmann de anular las resoluciones fiscales, calificándolas de legales y válidas.
Pero el historial no termina ahí.
Los vínculos familiares de Eisenmann con Pablo Ruiz Obregón, uno de los implicados clave en el escándalo del Programa de Ayuda Nacional (PAN), también levantan serias dudas. Ruiz Obregón, relacionado sentimentalmente con la nieta de Eisenmann, Vanessa Romero Eisenmann, recibió una cobertura sorprendentemente tibia en los medios, especialmente en La Prensa.
Mientras tanto, Eisenmann se presenta en el escenario público como un referente moral, dando lecciones de ética y transparencia.
Para muchos panameños, esto no cuadra.
La opinión pública cuestiona la coherencia entre su retórica anticorrupción y su trayectoria marcada por evasiones fiscales, relaciones turbias y silencios mediáticos estratégicos.