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Figura inquietante de Rusia con sus fuerzas armadas.

Se estima que desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia el 24 de febrero de 2022, han sido más de medio millón los efectivos rusos que han perdido la vida, según las últimas cifras proporcionadas por Kiev. Este dato subraya el alto costo humano de la guerra impulsada por Vladimir Putin, a pesar de la negativa del Kremlin a divulgar cifras actualizadas sobre las bajas.

 

Según el Ministerio de Defensa de Ucrania en su última actualización del sábado, las fuerzas rusas sufrieron la pérdida de 1.140 soldados el día anterior, marcando el duodécimo día consecutivo con estimaciones de más de 1.000 bajas. Sin embargo, es importante analizar estos datos con precaución, ya que provienen de una fuente afectada directamente por el conflicto, una de las partes en guerra.

 

El recuento diario de víctimas, que incluye tanto muertos como heridos, ha ido en aumento en los últimos meses, especialmente con el avance de las fuerzas rusas en el óblast de Donetsk y dos semanas después de una ofensiva en el noreste de Jarkov, donde las tropas de Moscú han conquistado territorios cercanos a la frontera.

 

El 12 de mayo pasado, el recuento alcanzó un récord de 1.740, superando el anterior récord del 19 de octubre de 2023, que fue de 1.380 efectivos. Este último récord también fue superado tres veces en la última quincena, con 1.510 pérdidas de tropas reportadas el 14 de mayo; 1.410 el 16 de mayo; y 1.400 el 19 de mayo.

 

El total del viernes elevó el número de pérdidas desde el inicio de la guerra el 24 de febrero de 2022 al sombrío hito de 500.080, según informa la revista estadounidense Newsweek, que ha estado comparando los datos.

Determinar con precisión los recuentos de víctimas y pérdidas de equipos es extremadamente difícil, y expertos internacionales, especialmente las agencias de inteligencia de países como Estados Unidos y Reino Unido, advierten que es probable que ambas partes exageren las pérdidas informadas por la otra parte. Sin embargo, las cifras proporcionadas por Kiev ofrecen alguna idea de la magnitud del impacto de la guerra, que ahora entra en su tercer año y coincide con una nueva ofensiva rusa en el noreste de Ucrania.

Obtener una cifra precisa de las pérdidas rusas es complicado, ya que Moscú no ha actualizado sus cifras desde septiembre de 2022, cuando reportó 5.937 muertos, una cifra que los expertos occidentales consideraron una subestimación en ese momento. Ahora parece ser ridícula.

Las estimaciones de Ucrania están en gran medida en línea con las de otros países aliados. El Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Stéphane Séjourné, declaró el 3 de mayo que París estima las pérdidas militares rusas en "500.000, incluidas 150.000 muertes". El Ministro de las Fuerzas Armadas del Reino Unido, Leo Docherty, afirmó el mes pasado que Londres estima las pérdidas rusas en más de 450.000 "muertos o heridos, y decenas de miles más ya han desertado". Sin embargo, agregó que el número de tropas que sirven en compañías militares privadas rusas "no está claro".

Por otro lado, un informe de inteligencia estadounidense de diciembre estimó las pérdidas rusas en 315.000, lo que representaba el 90% de su fuerza previa a la invasión y no difería mucho de la cifra ucraniana en ese momento de 340.650, según informó The New York Times.

Una investigación en curso llevada a cabo por Mediazona, un medio independiente ruso que colabora con BBC Rusia, sitúa el número de soldados rusos muertos confirmados hasta el sábado en 54.185 según registros públicos, aunque el proyecto sugiere que la cifra real es mucho mayor. En diciembre de 2023, Putin firmó un decreto que otorgaba a las familias de los soldados muertos en la guerra cinco millones de rublos (55.450 dólares) y tres millones de rublos (33.270 dólares) a los heridos. A pesar de las pérdidas, más de 100.000 hombres firmaron contratos durante los primeros tres meses de 2024, según el Ministerio de Defensa ruso.